Estos pendientes surgen del estudio de la simetría radial en la naturaleza y del contraste entre el color puro y la luz blanca. El diseño parte de una estructura en oro blanco que acentúa el brillo de los diamantes y permite destacar el color verde intenso de las tsavoritas centrales. La disposición de las piedras reproduce un patrón radial inspirado en las formas estrelladas de ciertos cristales, con una piedra central redonda rodeada por una corona de diamantes engastados en garras.
La elección de este granate verde, de la tsavorita, como gema central responde tanto a su rareza como a su vivacidad cromática: un verde profundo, con matices que varían sutilmente según la luz, lo que genera un efecto visual dinámico que contrasta con la estabilidad del diamante. El conjunto produce un equilibrio entre fuerza y delicadeza, con un foco cromático en el centro que actúa como núcleo visual.
El sistema de cierre de ballestilla, acompañado por una línea de diamantes engastados en el aro, prolonga la luminosidad desde el lóbulo hacia el colgante, creando una transición de brillo continua. El diseño está concebido para provocar los más mínimos movimientos y así poder proyectar luz desde todos los ángulos, generando un efecto de destello constante.
La pieza busca transmitir orden, intensidad y estructura, en un formato clásico reinterpretado con materiales que actualizan el lenguaje de la alta joyería. Son pendientes diseñados para poner el color en el centro de la luz.