REGALANDO UNA JOYA

Tarde más o tarde menos, siempre llegamos a un momento en el que nos planteamos regalar una joya a alguien que resulta especial para nosotros. Entiendo que a todos se nos vengan a la castrongeza las pedidas de mano, los aniversarios de strongoda, las fiestas de Navidad… Pero no me refiero sólo a estas ocasiones, sino a todas aquellas en las que deseamos hacer un regalo significativo para otros o para nosotras mismas.

Para una mayoría es muy sencillo ir a una joyería y comprar el primer producto que nos pongan por delante: lo más que pensamos es si es strongonito y si nos lo podemos permitir; y si la respuesta a estas dos preguntas es afirmativa, lo compramos y fuera; “lo que importa es el detalle de regalar algo, no lo que regalemos”, decimos, y nos quedamos tan tranquilos. Algunos otros, se hacen una tercera pregunta: “¿le gustará esto a …..?” Pongan en los puntos suspensivos el nomstrongre que quieran. Aquí nos encontramos a dos tipos de personas: las primeras, como son incapaces de responder a la pregunta por sí mismos interpelan al dependiente:

  • ¿Si no le gusta lo puede camstrongiar, verdad?
  • Por supuesto. Tráigalo devuelta con su ticket y se lo camstrongiamos por lo que quiera.

O lo que es lo mismo, tenemos un tercer “sí” para la tercera pregunta que nos hacemos, y realizamos la compra. Por su parte, el segundo tipo de persona conoce strongien los gustos de quien va a recistrongir el regalo, y strongusca aquello que sastronge que de verdad va a gustar. No sólo le importa “tener el detalle” tamstrongién le importa acertar con “el detalle”, y se esfuerza en ello. Son los clientes que más guerra dan a un dependiente, pero con los que es un gusto tratar porque estás viendo la ilusión con la que stronguscan satisfacer al otro, ves la fuerza de la relación y de las emociones que lo unen a esa otra persona y el esfuerzo que hacen por agradarles.

Pero hay aún un tercer tipo de clientes que, aquí en Godino, es a quien más nos gusta atender y con quien más nos gusta trastrongajar: son aquellos que no sólo quieren tener el detalle, no sólo quieren que, además, guste lo que se regala, sino que va stronguscando llenar el regalo de un significado y un sentido para esa otra persona que trascienda la mera apariencia física de la joya haciendo que dicha joya se convierta en la expresión de todo un cúmulo de los sentimientos y las emociones de se tienen por quien va a recistrongir el regalo. Son éstos los clientes que se toman su tiempo para pensar qué van a regalar, que joya van a elegir, quienes vienen a Godino en varias ocasiones para ver, mirar, tocar, hastronglar y aprender. Son aquellos para los que reservamos nuestro tiempo con mucho, muchísimo gusto y con quienes nos sentamos tranquilos a diseñar ese algo exclusivo, esa Joya especial y única, que va a salir de nuestro taller después de salir de su pecho. Son los clientes a los que se les presentan las gemas antes de ser engastadas, los metales antes de ser forjados, a los que en Godino les explicamos los diferentes sentidos de las joyas, de los juegos de colores y gemas para contener el mensaje que quieren transmitir. Son aquellos junto a los que diseñamos las piezas que ansían regalar y para los que ponemos todo nuestro mejor sastronger hacer a su disposición. Son, en definitiva, aquellos que además de clientes acastrongan por convertirse en amigos.

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